Entrevista al Padre de Daniel Jimeno "Daniel murió haciendo lo que le
gustaba. El padre de Daniel Jimeno habla de su hijo y de
cómo asimila su familia su muerte en el encierro del día 10 "En los encierros de Pamplona no hay falta de seguridad, pero el
problema puede estar en la masificación, no de corredores sino de gente que va
únicamente a estorbar" La voz de Juan Antonio Jimeno Pérez
sonaba ayer entera por teléfono, pero se quebró de emoción en tres momentos
puntuales: cuando definió a su hijo, Daniel Jimeno Romero; cuando habló de
Capuchino, el toro de Jandilla que el pasado viernes asestó una cornada mortal
en el cuello al joven madrileño de 27 años en Telefónica; y cuando relató que el
de ayer fue el primer encierro que vio íntegro por televisión desde el
fallecimiento de su hijo y cómo se sintió al darse cuenta que éste ya no estaba
corriendo. Juan Antonio Jimeno, de 53 años y prejubilado
como operario de Telefónica, nació en Barcelona pero al poco tiempo vino a vivir
a Pamplona con sus padres, Benito Jimeno Huarte, de Enériz, y Catalina Pérez
Olloqui, pamplonesa aunque nacida en Biarritz. Residieron en la Rochapea, en la
calle Joaquín Beunza, "en una casa grande donde los viveros de Huici", dice él,
quien desde joven se convirtió en mozo habitual de los encierros de San Fermín.
Corría en la calle Estafeta, "desde el Pirineo y hasta donde podía", explica. Su
hijo, Daniel, heredó la pasión paterna por los encierros pamploneses y siempre
partía desde el vallado de Telefónica, el mismo junto al que hace cinco días un
astado de pelo colorado y 515 kilos de peso le segó la vida. ¿Qué tal está? Muy
mal e intentando superarlo. ¿Cómo están asimilando la muerte de Daniel? Lo
estamos asimilando con bastante entereza porque amamos mucho la fiesta, sabíamos
lo que había y parece que eso te ayuda algo. Al fin y al cabo, Daniel ha muerto
con lo que él quería, con lo que le gustaba. ¿Esto último alivia algo el dolor
por su muerte? No. Duele igual, pero algo te ayuda. También todo el cariño de
todo el mundo y el apoyo que nos han dado tanto el Ayuntamiento de Alcalá de
Henares como el de Pamplona. Ha sido impresionante. Estamos muy agradecidos a la
alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, y al presidente del Gobierno, Miguel
Sanz. ¿Ha visto por la televisión algún encierro desde el pasado viernes? He
visto el de hoy (por ayer) y vi las cogidas que hubo el día 11. Del día de
Daniel no he visto nada. Es duro, pero yo también amaba el encierro y me he
levantado expresamente a ver el último. En el recorrido ya no estaba su hijo...
No... Cuando las imágenes han llegado al tramo donde él corría se me han saltado
las lágrimas porque sabía que no estaba. ¿Cómo era Daniel? Increíble. Siempre
con una sonrisa. Agradable. Una bellísima persona. Era muy deportista y llevaba
jugando a fútbol desde muy pequeño, cuando el balón le llegaba hasta la rodilla.
Le llamaban el Nenu, el Nenuco, porque cuando era niño tenía el pelo igual que
el que salía en el anuncio de la colonia Nenuco, con el mismo flequillo, y
también le echaban de esa colonia. Usted fue un corredor habitual de los
encierros pamploneses. Por mi trabajo y el de mi padre he estado casi siempre
fuera de Pamplona. Vivíamos en Logroño y muchos días iba de Logroño a Pamplona a
correr y, al acabar, volvía de nuevo a Logroño. Creo que empecé a correr los
encierros de Pamplona cuando tenía 18 años y lo dejé cuando empezó a correr
Daniel. En los últimos años, las facultades no eran las mismas y corría con
mucha más precaución. Entonces, le dio el relevo a Daniel. Sí. Pero al principio
él me preguntaba si yo iba a correr y le respondía que no, y andaba medio
escondiéndome para que no me viera. No quería que él fuese un estorbo para mí ni
yo ser un estorbo para él. Si llego a correr junto a mi chico, mis facultades no
eran las mismas que las suyas y no le iba a dejar hacerlo bien. Pero los
encierros eran como un rito familiar. Íbamos todos a verlos a la Plaza de Toros
y allí yo les dejaba y bajaba a correr. ¿Cuáles fueron los primeros consejos que
usted dio a su hijo para correr los encierros de San Fermín? Lo primero que le
dije fue que corriera sólo cuando estuviese bien seguro de lo que iba a hacer y
lo tuviese asumido. Con la cabeza siempre fría, sin estorbar y procurando
hacerlo bien, sin molestar a ningún otro corredor. "Hasta que no estés bien
seguro de lo que vas a hacer delante de un toro, no lo hagas", le dije. Yo no
quería que corriera porque un padre y una madre nunca quieren que su hijo corra
delante de un toro, pero como él quería hacerlo y tenía afición, yo no se la iba
a quitar. Le decía que se olvidase de los encierros de los pueblos y corriese en
Pamplona porque allí, si te dan una cornada, al momento te están operando. Y
mira por donde, la fatalidad ha querido que sea en Pamplona y una cornada de
esas características... ¿Considera que hay falta de seguridad en el encierro de
Pamplona? En los encierros de Pamplona no hay falta de seguridad. Hacen todo lo
que pueden y lo que está en su mano, pero hay gente borracha y gente que va con
vestimenta inadecuada, la sacan del recorrido y se cuelan por otro lado. Eso lo
he visto yo. El problema puede estar en la masificación, pero no de corredores
sino de gente que está sin participar y va únicamente a estorbar. Éste es el
verdadero problema del encierro. "Capuchino" ¿Qué le viene a la cabeza cuando
oye el nombre de Capuchino? Jodé... Que él era un toro y mi
chico una persona, y que mi chico se metió en una cosa que le gustaba y ocurrió
la tragedia. Ayer (por le lunes) me llamó El Fandi y estuve hablando con él. Le
agradecí que brindase el toro a Daniel y la estocada que le metió. Me dio muchos
ánimos y me quedé tranquilo tras hablar con él. ¿Cuál cree que sería el mejor
homenaje para su hijo? En Alcalá de Henares dicen que van a poner su nombre a la
plaza en la que vivimos. Sería un orgullo para un padre que le pongan a la plaza
en la que vive el nombre de su hijo. Además, el cartel con el nombre actual está
debajo de la ventana de su dormitorio. A las peñas de Alcalá les he dicho que me
informen de todo lo que quieran hacer porque habrá algunas con las que esté de
acuerdo y otras con las que no. No voy a prohibir nada, pero me gustaría estar
informado de lo que se haga y asistiré en ocasiones y en otras, no. ¿Cómo se
encuentran su mujer (Mari Carmen Romero Moreno) y su hija (Raquel, de 32 años)?
Mi mujer está bastante bien, con bajones. Ayer tuvimos uno porque le comunicamos
a su madre, mi suegra, lo que le ha pasado a Daniel. No le habíamos dicho nada
porque está bastante mal, con oxígeno y problemas de corazón. Los cardiólogos
nos permitieron decírselo después de darle un calmante y, para lo que
esperábamos, fue bastante bien. Y Raquel, mi hija, también está bien, al menos
delante nuestra, pero creo que le pasa lo mismo que a mí, que si me da un bajón
procuro estar solo o irme para no afectar más a mi mujer. ¿Y Cristina, la novia
de Daniel? Veo que esta bastante bien, pero que puede ser peligroso. Está
haciendo las cosas muy alterada, demasiado nerviosa, y cuando se quede más
tranquila lo va a pasar realmente mal. A usted, dentro de lo malo, se le percibe
bastante entero. Ayer (por el lunes) me llamó la directora del Hospital de
Navarra (María Jesús Calvo) para ver cómo estábamos y me dijo que me había visto
muy entero, pero que luego los enteros pueden ser los que peor lo pasen. De
momento, lo llevo mal, pero tengo entereza. En todos los sitios a los que voy me
encuentro el nombre de Daniel. Acabo de ir al banco a hacer unas cosas y en la
radio han dicho Daniel Jimeno.
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