lunes, 27 de febrero de 2017

Azpilcueta

AZPILCUETA 

S. Bartolomé, S. Fermín, S. Francisco Javier y Santiago. S. Bartolomé es ermita desconocida por los naturales. 

S. Fermín, en que termina un Vía Crucis que arranca del núcleo de casas, tiene adosado el cementerio. 

San Francisco Javier, en el Barrio de Apayoa, la mandó construir en 1687 Juan de Labaqui, natural del caserío Labaquia, vecino del Puerto de Santa María. El hacendado baztanés creía, como otros en el lugar, que el hijo de Juan de Jaso y María de Azpilcueta había sido engendrado allí. 


Santiago, en el barrio de Urrasun, jalón de la ruta jacobea de Bayona a Pamplona por Urdax y Velate, ejercía de parroquia para los vecinos del barrio. En 1670 necesitaba reparación y adecentamiento para que se pudiesen celebrar allí los oficios. Pero ahiladas las peregrinaciones, la ermita entró en decadencia y las obras de restauración fueron continuas a lo largo del siglo XVII, así como los pleitos de las parroquias de Azpilcueta y Maya con Velate. La imagen actual sustituyó a la enterrada en 1715.

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