AZPILCUETA
S. Bartolomé, S. Fermín, S. Francisco Javier y Santiago. S. Bartolomé es ermita
desconocida por los naturales.
S. Fermín, en que termina un Vía Crucis que
arranca del núcleo de casas, tiene adosado el cementerio.
San Francisco Javier,
en el Barrio de Apayoa, la mandó construir en 1687 Juan de Labaqui, natural del
caserío Labaquia, vecino del Puerto de Santa María. El hacendado baztanés
creía, como otros en el lugar, que el hijo de Juan de Jaso y María de
Azpilcueta había sido engendrado allí.
Santiago, en el barrio de Urrasun, jalón
de la ruta jacobea de Bayona a Pamplona por Urdax y Velate, ejercía de
parroquia para los vecinos del barrio. En 1670 necesitaba reparación y
adecentamiento para que se pudiesen celebrar allí los oficios. Pero ahiladas
las peregrinaciones, la ermita entró en decadencia y las obras de restauración
fueron continuas a lo largo del siglo XVII, así como los pleitos de las
parroquias de Azpilcueta y Maya con Velate. La imagen actual sustituyó a la
enterrada en 1715.
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