ARRE
Santa
María. La visitaban los de Ezcabarte antes de las disposiciones sinodales de
1590, según recoge Idoate. Santísima Trinidad. Hospital, albergue y basílica
aledaña en la margen derecha del Ulzama, casi en la muga con Villava. Carecemos
de documentación hasta el siglo XVI. No figura ni en la prolija relación de
hospitales que enumera el testamento de Teobaldo II, ni entre las posesiones de
la mitra, ni en las de Roncesvalles. Tampoco consta que la rigiera orden
religiosa alguna. El único documento anterior a 1500 es una manda testamentaria
del palaciano de Olloqui, en 1422. En un pleito contra Roncesvalles se dice, en
1765, que «la antigüedad y magnificencia de la fábrica de dicha basílica y todo
lo demás dan a entender es fundación o pieza del rey o del reverendísimo, pues
sus armas están esculpidas en el retablo principal».
Y otro testigo, Simón de
Larrondo, maestro de obras, declara que «la fábrica que se ve en dicha basílica
es semejante a las que se demolieron en la parroquial de San Saturnino de esta
ciudad para hacerse la nueva capilla de Ntra. Sra. del Camino». La Trinidad ha
tenido dos cofradías, eclesiástica y laica, que no respondían a la condición de
sus miembros, sino a su procedencia. Un dictamen de 1697 recuerda que la de los
legos se componía de hermanos de Pamplona, Villava y valle de Ezcabarte,
mientras la otra se componía de seculares y eclesiásticos de la Cuenca de
Pamplona y otras partes que incluían Olaibar y Odieta. Ambas pleitean en el año
1500 ante la Real Corte de Navarra sobre el nombramiento de vicario que atienda
basílica y hospital. Hasta entonces cada año, a partir del día de San Martín,
se alternaban los abades de una y otra cofradía. Los legos rompieron el orden.
Don Juan y D .a Catalina, reyes de Navarra, restablecieron la concordia. Pero
en 1507 una y otra cofradía reconocen la existencia de puntos conflictivos,
eligen cinco árbitros y componen una sentencia de 23 artículos que marcan los
fines: atender el culto, la hospitalidad de pobres y peregrinos, y el orden y
la eficacia, encomendados a seis oficiales que regirían la autonomía
administrativa de cada cofradía. Los cofrades entregaban el día de cofradías
medio robo de trigo. En 1571 sumaron 293 robos; en 1650, 423; en 1700, 186. Era
día de mesa copiosa. A la reunión de 1611 asistieron 270 hermanos, que
despacharon 27 carneros. En el siglo y medio que va de 1724 a 1865 el promedio
de cameros consumidos en esa ocasión es de 12. Igual de Soria repasó las
cuentas de la Cofradía eclesiástica durante su visita a Gorraiz, en junio de
1796. Tenía a su favor 1.510 reales más 150 robos de trigo; también un buen
rolde de morosos. Los bienes de las cofradías caían bajo la ley de
Desamortización. Los cofrades defendieron la exención, en Pamplona y Madrid, y
entre los hombres influyentes a que recurrieron ARRIBA. Ntra. Sra. del Camino.
figura Hilarión Eslava. O ’Donnell firmó el decreto de 16 de noviembre de 1865,
que define a la cofradía de Arre como «sociedad de socorros mutuos sin carácter
religioso alguno». Al estallar la última guerra carlista, los oficiales
evadieron capital a Bayona, donde confiaron sus depósitos al comerciante
Eusebio García. A dos de diciembre de 1886 el capítulo general acuerda encargar
la redacción de unas nuevas constituciones para la cofradía única en que se
funden las dos, según declara el artículo 1.°. El hospital tuvo trece camas. La
iglesia, pila butismal. Ya la sentencia de 1507 habla de «las creaturas que
echaren en la puerta de la iglesia y de las expensas que se ficieren en
criarlas sean a medias» entre ambas fratrías. La Cofradía sigue numerosa y
viva.
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