jueves, 1 de septiembre de 2016

El niño con el pijama de rayas


El niño con el pijama de rayas



La acción se narra desde el punto de vista de Bruno, el hijo de 8 años de un militar de alto rango nazi. La familia de Bruno se ve obligada a abandonar Berlín cuando a su padre lo destinan para trabajar en el campo de exterminio de Auschwitz. La familia acepta el cambio con resignación. Desde la ventana de su nueva habitación Bruno divisa una verja tras la cual hay personas que siempre llevan puesto un "pijama a rayas"; en realidad se trata de judíos prisioneros. Explorando los alrededores de su nuevo hogar, Bruno conoce a través de la valla de seguridad del campo a un niño judío polaco llamado Shmuel, nombre que Bruno no ha oído antes pero que parece ser bastante común en ese sitio. Shmuel le cuenta la historia de su deportación y las terribles condiciones de la vida en el campo. Bruno entabla amistad con él y le visita a menudo, llevándole comida. Tras diversas peripecias, un día la madre de Bruno decide que el campo no es un lugar adecuado para vivir con su familia y toma la decisión de volver a Berlín. Antes de irse, Bruno visita a Shmuel para despedirse y este le cuenta entre sollozos que no encuentra a su padre, ante lo que Bruno le promete ayudarle a buscarlo. Entra en el campo por debajo de la verja y se pone un uniforme de preso que le consigue su amigo. No consiguen encontrar al padre de Shmuel y llueve, por lo que Bruno quiere volver a casa. En lugar de eso, los guardias del campo les obligan a entrar junto a una muchedumbre en un lugar "cálido" y "seguro". La historia finaliza con los dos niños agarrados de la mano dentro de una cámara de gas. En el epílogo, el padre de Bruno descubre la ropa de su hijo junto a la alambrada e imagina lo sucedido. Meses más tarde, los aliados (aunque en la novela no se especifica quiénes son, Auschwitz fue liberado por el Ejército Rojo) se llevan a los soldados nazis y el padre de Bruno les sigue sin quejarse porque "ya no le importa nada lo que hagan con él".

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