domingo, 25 de septiembre de 2016

Cataratas


Cataratas

¿Qué son las cataratas? Se define como catarata la presencia de opacidades en el cristalino. El cristalino es una estructura del ojo que actúa a modo de lente, de manera que los rayos de luz que entran en el ojo se enfoquen directamente en la retina.
Las cataratas pueden presentarse en grado variable, desde opacidades leves que no alteran la visión, hasta opacidades completas del cristalino que disminuyen la visión a menos de un 10%. 
La frecuencia de las cataratas aumenta con la edad, ya que en la mayoría de los casos la presencia de una catarata refleja un envejecimiento del cristalino, lo que se denomina catarata senil. En otras ocasiones las cataratas pueden estar ya presentes al nacimiento (cataratas congénitas) o bien aparecer asociadas a determinadas enfermedades que afecten a todo el organismo, la toma de medicamentos, etc. Actualmente las cataratas son la causa de ceguera reversible más frecuente en los países desarrollados.
¿Cómo se desarrollan las cataratas? La razón más común es la edad avanzada. A medida que la gente se hace mayor, el cristalino va perdiendo su transparencia, lo que hace que se produzca una reducción de la visión.
Las cataratas son algo más comunes: 
En personas con diabetes
En personas que toman corticoides (particularmente durante largos periodos de tiempo).
En personas que han sufrido un traumatismo importante en el ojo.
En personas con inflamaciones oculares previas.
Muy raramente los niños nacen con cataratas congénitas. A todos los bebés se les examina en los primeros días de vida para asegurarse de que no tienen cataratas. La presencia de un reflejo blanquecino al iluminar la pupila con una linterna debe hacer sospechar la presencia de una catarata, por lo que debe ser inmediatamente explorado por un oftalmólogo, que deberá al mismo tiempo descartar la presencia de otras enfermedades del ojo. Si las cataratas congénitas producen una disminución importante de visión en el recién nacido, deben ser intervenidas en un corto periodo de tiempo, para permitir un adecuado desarrollo de la visión en el niño.
¿Cuáles son los síntomas de las cataratas?
Fundamentalmente las cataratas producen una disminución en la cantidad de visión. Esta perdida de visión generalmente es lenta y progresiva a lo largo de meses o incluso años.
La evolución de las cataratas hace en principio que el ojo cambie su graduación, haciéndose más miope, por lo que mientras las cataratas evolucionan, puede que sea necesario graduar y cambiar las gafas con una frecuencia mayor de lo normal.
Otros síntomas frecuentes en las personas con cataratas son la fotofobia (luz molesta más de lo normal) y percepción de halos alrededor de las luces. 
Las cataratas muy evolucionadas pueden causar inflamación intraocular y elevar la presión del ojo, provocando incluso un ataque agudo de glaucoma con dolor muy intenso, ojo rojo e incluso náuseas y vómitos.
Las cataratas que afectan solamente a un ojo pueden pasar desapercibidas durante mucho tiempo, ya que el paciente se sigue manejando perfectamente con el ojo sano.
Las revisiones periódicas anuales son fundamentales para un correcto cuidado de los ojos.
¿Qué medidas se pueden tomar para evitar las cataratas?
Las cataratas generalmente son parte del proceso de envejecimiento, pero cualquiera que sufra de diabetes o que tome corticoides debería ser consciente de los riesgos de desarrollar cataratas a edad temprana.
Se ha sugerido que una exposición excesiva a la luz del sol puede hacer a la persona más susceptible a las cataratas, de modo que el uso de unas buenas gafas de sol debe tenerse en cuenta al exponerse a la luz solar durante periodos prolongados.

¿Cómo realiza un diagnóstico el médico? 
El aspecto más importante de las cataratas es el grado en que afecta a la visión. El médico necesita conocer el grado en que afectan a su vida y actividades diarias.
Se llevará a cabo un examen ocular completo, que determinará el nivel de visión y comprobará si la graduación de las gafas es la correcta. En caso de que la pérdida de visión no pueda ser suplida con una graduación adecuada, el cristalino será explorado en busca de opacidades en el mismo. La pupila puede ser dilatada para explorar mejor el cristalino y al mismo tiempo para poder examinar la retina y comprobar que no existan otras alteraciones que justifiquen la pérdida de la visión.
Todo el que sienta que se deteriora su visión o que sufre alguno de los síntomas descritos anteriormente, debería visitar al oftalmólogo para que evalúe si las cataratas deben ser intervenidas quirúrgicamente.
¿Cómo se tratan las cataratas? 
No existen gotas ni pastillas para el tratamiento de las cataratas. El único método de mejorar la visión es eliminarlas mediante cirugía.
¿Cuándo se pueden operar las cataratas?
Debido al tipo de cirugía que se realizaba hace unos años para tratar las cataratas, los oftalmólogos preferían esperar a que estas estuvieran muy evolucionadas para intervenirlas. Con las técnicas quirúrgicas actuales es preferible intervenir las cataratas cuando éstas aún no están muy maduras, puesto que esto facilita la labor del oftalmólogo, al mismo tiempo que permite una recuperación posquirúrgica más rápida. En líneas generales, toda catarata que produzca una disminución de la visión superior al 50% puede ser intervenida.

En cualquier caso la indicación quirúrgica debe ser individualizada a las necesidades de cada paciente, y así, las personas que vean limitada su vida normal aunque las cataratas no estén muy evolucionadas, pueden ser intervenidas precozmente. Si desea continuar conduciendo y su vista no es la normal, entonces la intervención quirúrgica será necesaria para poder conservar el permiso de conducir.
¿Qué implica la cirugía de cataratas?
La operación quirúrgica se lleva a cabo normalmente con anestesia local (utilizando inyecciones alrededor del ojo o gotas en el mismo) lo que permite una intervención indolora, pero el paciente permanece despierto. 
Puede solicitarse una anestesia general, pero no es lo habitual y generalmente se utiliza únicamente en pacientes que no pueden colaborar con el cirujano durante la intervención.
Facoemulsificación. Actualmente la mayor parte de las cataratas se eliminan de esta forma en España. Se realiza una pequeña incisión en el ojo (aproximadamente 3 mm) a través de la cual se introduce un terminal de ultrasonidos que se utiliza para disolver el núcleo del cristalino en el interior del ojo. A través de esa misma incisión se introduce una lente plegada que se despliega en el interior del ojo y se deja situada en un saco que conforman las cápsulas que rodean el núcleo del cristalino. La incisión se realiza de modo que al finalizar la intervención se sella espontáneamente y en la mayor parte de los casos no se necesita dar puntos. El paciente a las pocas horas de la cirugía puede regresar a su casa.
Cirugía extracapsular. La incisión que se realiza en el ojo es mayor que en la facoemulsificación. El núcleo del cristalino se extrae entero, sin utilizar ultrasonidos. Al finalizar la cirugía la incisión debe ser cerrada con varios puntos. La recuperación de la visión es más lenta con esta técnica que con la facoemulsificación. La cirugía extracapsular se reserva para aquellas cataratas muy evolucionadas.
¿Qué ocurre después de la operación? Tras la cirugía deberán administrarse gotas antibióticas y antiinflamatorias de forma periódica durante tres o cuatro semanas. El paciente será revisado por un oftalmólogo varias veces para controlar la evolución y poder tratar precozmente cualquier complicación que pueda acontecer.
 ¿Cuáles son los riesgos de la operación quirúrgica? Esta operación presenta un alto índice de éxito con una elevado porcentaje de satisfacción de los pacientes. Existen pequeños riesgos de infección (endoftalmitis), hemorragia o daño en la retina que pueden causar la reducción de la visión o incluso la pérdida completa de ésta. Se estima que estos problemas graves ocurren en 1 de cada 2.000 pacientes.
A largo plazo, existe el riesgo de que la cápsula que mantiene la lente intraocular en su lugar pueda enturbiarse y provocar una reducción gradual de la visión. Esto puede tratarse con un láser YAG que realiza un orificio limpio en la cápsula por detrás de la lente. Este procedimiento se realiza en la clínica o consulta. Pueden ser necesarias algunas gotas antiinflamatorias después del láser durante una semana.
¿Se reducirán las actividades tras la intervención quirúrgica? Esta operación permite la recuperación rápida de la visión y las actividades del paciente deberían reducirse en grado mínimo. Se suele recomendar no nadar durante las primeras seis semanas, ya que existe un aumento del riesgo de infección. Además, no es conveniente levantar peso o la realización de ejercicios enérgicos en el primer mes o durante los dos meses posteriores a la cirugía.
Tras la operación los pacientes pueden presentar dificultades en la lectura, ya que la lente que se introduce en el ojo está graduada para la visión lejana. Después de la cirugía el paciente necesitará unas gafas de lectura. Actualmente se están desarrollando lentes intraoculares que permiten una visión lejana y cercana adecuada, intentando, en la medida de lo posible, acercarse a la función del ojo normal.
Dr. Per Lykke Gregersen , especialista en Oftalmología, Dra. Caroline MacEwen , especialista en Oftalmología.

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