sábado, 14 de enero de 2017

San Blas


“San Blas bendito, pidió posada la cena hecha y no cenada" 
"Por San Blas la cigueña verás"
“San Blas bendito, cúrame la garganta y el apetito”.
Con esta oración, son muchos los que acuden al santo San Blas, el patrón de las enfermedades de la garganta y de los laringólos.

San Blas fue un médico y obispo de Sebaste, (Sivas) en Capadocia, (Turquía). Vivía en una cueva del monte Argeus.

San Blas era conocido por el don que poseía para sanar tanto a personas como a animales.

Según cuenta la leyenda, salvó la vida a un niño que se atragantó con una espina de pescado. De ahí la costumbre de bendecir las gargantas cada 3 de febrero.

Se dice que a su cueva llegaban animales heridos y él los curaba. Un día, San Blas vio cómo un grupo de cazadores del gobierno se acercaba y espantó a los animales para que éstos pudieran escapar.

Como consecuencia, el santo fue arrestado y llevado ante el gobernador de Capadocia, trató de que San Blas dejara la religión de Jesucristo, y al no obtener éxito alguno, éste fue brutalmente apaleado. Durante todo este martirio, el santo no cesó de rezar por sus verdugos.

El gobernador, al ver que el santo no dejaba de proclamar su fe en Dios, ordenó que le cortaran la cabeza el año 316.

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