Si alguna
de tus prendas ha cogido el color de otra y no puedes utilizar lejía, tenemos
un truco infalible. Sumerge la ropa en el agua caliente en la que hayas hervido
huevos. Déjala toda la noche a remojo. El agua absorberá el tinte inadecuado y
le devolverá a la prenda su color original.
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