Monasterio de Uclés
El cerro sobre el que se
asienta el monasterio, acogió ya en la antigüedad un castro celtíbero.
Fueron sin embargo los musulmanes quienes construyeron una
fortificación con imponentes parapetos defensivos, algunos de los cuales se
pueden observar aún hoy en día. Tras ser definitivamente conquistado por los
cristianos, el rey Alfonso VIII cedió en 1174 el castillo a
la Orden de Santiago, convirtiéndose en su casa matriz. Con el paso del tiempo,
se fue constituyendo un intrincado conjunto de dependencias, en las que
residían los miembros de la orden, que se unieron a la fortaleza y a la iglesia
construida tras la conquista cristiana.
Tras el fin de la Reconquista,
el conjunto de edificios sufrió una remodelación radical, que acabó con gran
parte de los elementos defensivos del castillo y le dio el aspecto actual. No
así con las murallas, que aún se conservan: una primera muralla protegía la
antigua huerta, regada con las aguas del río Bedija; una segunda,
actualmente en muy mal estado, deja aún entrever su disposición en forma de
dientes de sierra.
La construcción del
monasterio se inició el 7 de mayo de 1529, durante el reinado de Carlos I (la
corona había adquirido en el siglo XV el maestrazgo de la orden), comenzando
por el ala este, que es de estilo plateresco. Las trazas originales son
de Enrique Egas. En el último cuarto del siglo XVI comenzó la construcción
de la iglesia, de estilo herreriano. Avanzado el siglo XVII continuaron
las obras del patio y de la escalera principal, al tiempo que se concluían las
alas oeste y sur. La obra finalizó en 1735, bajo el reinado de Felipe V,
elevándose un cuerpo la nave oriental y terminándose la portada principal, que
es de estilo churrigueresco.
Para su construcción se
utilizó piedra del cerro «Cabeza del Griego» (Segóbriga), sobre todo en la
fachada oriental.
En 1836, con la desamortización de Mendizábal,
la Orden de Santiago tuvo que abandonar el edificio. A principios del
siglo XX se destinó el monasterio a colegio de segunda enseñanza, y más tarde a
noviciado y colegio de agustinos, hasta que en 1936 fue saqueado y
destrozado interiormente, instalándose luego en él un hospital provisional.
Terminada la Guerra Civil, se dedicó a cárcel para presos políticos entre
los años 1939 y 1943, en cuyo periodo murieron algunos presos, ajusticiados en
virtud de sentencia o a causa de diversas enfermedades y fueron enterrados en
una zona externa al monasterio, conocida como «La Tahona». Cerrada la prisión,
fue restaurado y acogió en octubre de 1949 el seminario menor
del obispado de Cuenca, con el nombre de Seminario Menor «Santiago
Apóstol».
Fuente: Wikipedia
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