La reliquia que Franco guardaba en su dormitorio.
LA MANO INCORRUPTA DE SANTA TERESA DE JESÚS
Fotografia de la mano incorrupta de Teresa de Jesús. Convento de la Merced. Ronda. Málaga. Hacia el año 1985. Sin autoria fotográfica. Fuente. Blog Málaga desconocida.
Francisco Franco llegó a tener una fijación “enfermiza” con este objeto, de hecho procuró no separarse nunca de ella ya que al parecer le atribuía ciertos “poderes sobrenaturales” que lo protegían, incluso la llevaba consigo durante sus desplazamientos oficiales por la península, y en sus vacaciones en San Sebastián o en el Pazo de Meirás.
Bien es sabida la aficción de Franco de coleccionar reliquias de Santos. En su mesilla de noche, guardaba lo que se muestra en la imagen. Tambien le acompañó durante su agonia en el Hospital de la Paz junto al manto de la Virgen del Pilar.
Historia de la mano.
En la bella ciudad de Ronda, concretamente en su Iglesia y Convento de la Merced, encontramos una de las reliquias mas “curiosas” de nuestro país: La mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús.
Dicha reliquia se encuentra protegida dentro de un guante de plata dorada con incrustaciones de piedras preciosas del siglo XVII.
El 4 de julio de 1583, nueve meses después de la muerte de la monja carmelita, se procedió a exhumar sus restos. Según la Iglesia Católica, el cuerpo apareció incorrupto y flexible. Uno de los párrocos presentes en la exhumación, el padre Gracián de Dios, decidió cortarle la mano derecha para “conservarla como recuerdo”, entregándola a las monjas Carmelitas Descalzas de Ávila.
No fue la única mutilación que sufrió el cuerpo, el padre Gracián además le cortó el dedo meñique a la mano y, según contaba él mismo, lo mantuvo con él hasta que fue hecho prisionero por los turcos, que se lo arrebataron, y que consiguió recuperar “pagando como rescate unas sortijas y 20 reales de la época”.
Algo más tarde la reliquia recabó en el convento de las Carmelitas de San Alberto en Lisboa, hasta que la orden fue suprimida por el gobierno portugués. La “mano santa” pasó entonces al Patriarcado, que la entregó posteriormente al nuevo Convento de Carmelitas de Olivais. Permaneció en Portugal desde 1599 hasta 1910, fecha en que las monjas que la custodiaban, huyendo de la revolución que supuso la abolición de la monarquía en el país luso, la trajeron consigo de nuevo a España.
En 1924, fue trasladada al convento de las Carmelitas Descalzas de Ronda.
Tras el estallido de la Guerra Civil, Ronda quedó en la zona republicana y el 29 de agosto de 1936 la mano fue requisada. La comunidad de monjas portuguesas regresó a su país y a los pocos meses, en febrero de 1937, cuando las tropas del bando nacional tomaron Málaga, encontraron la reliquia en una maleta olvidada entre las pertenencias del Coronel Republicano José Villalba Rubio, tras su huida de Málaga.
La mano, en lugar de ser devuelta a sus legítimas propietarias, fue llevada a Burgos, donde Francisco Franco no dudó en apropiarse de ella. El capellán del Asilo, padre Rendón, justificó el expolio e intentó consolar a las Carmelitas con la siguiente frase:
“La mano no se pierde, se va con el Caudillo para guiarle en la conducción de la Patria”.
Segun textos del blog Málaga desconocida.