Antonio Resines
Nacio el 31 de agosto de 1954 en Torrelavega, Cantabria (España).
Es el segundo de cinco hermanos. Se trasladó a Madrid donde comenzó la carrera de Derecho, dejándola más tarde por la de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense, donde tuvo como compañeros de clase a Carlos Boyero y a Fernando Trueba. Juntos decidiron rodar una película que supuso el debut del segundo: Ópera prima.
Aprovechando su aspecto de hombre corriente, decidió ganarse la vida trabajando para el cine y la televisión, interpretando generalmente al marido o al ex de -casi siempre- Verónica Forqué y Carmen Maura, con fidelidad a algunos directores como Manuel Iborra o el ya mencionado Trueba.
Películas como El baile del pato (1989), Cómo ser mujer y no morir en el intento (Ana Belén, 1991) o Todos los hombres sois iguales (1994) son sintomáticas al respecto.
También interviene en thrillers como Todo por la pasta (Enrique Urbizu, 1991).
En 1991 ganó su primer Fotogramas de Plata gracias a Eva y Adán, agencia matrimonial.
Poco después presentó el programa Objetivo indiscreto al lado de Anabel Alonso, con la que volvió a coincidir en Los ladrones van a la oficina, en la que encarnó a un tabernero sordomudo en cuya cantina se reunían los ladrones más veteranos de Madrid.
En 1997 rodó tres películas con las cuales su carrera experimentó un giro. En La buena estrella (Ricardo Franco) el actor se puso en la piel de un cuarentón castrado que acogía a una mujer tuerta (Maribel Verdú) y embarazada, con la que llegaba a casarse y que años más tarde daba cobijo también a su ex-novio enfermo (Jordi Mollà). En Carreteras secundarias (Emilio Martínez Lázaro), basada en la novela de Ignacio Martínez de Pisón, era un viudo cuyo hijo (Fernando Ramallo) no lograba aceptarlo. En El tiempo de la felicidad se convirtió en un cincuentón cuyo matrimonio se deshace en un verano en el que sus hijos (María Adánez, Silvia Abascal, Pepón Nieto y Carlos Fuentes) alcanzaron su llegada a la madurez.
Al año siguiente Antonio Resines ganó el Premio Goya a la mejor interpretación masculina protagonista.
Participó en La niña de tus ojos (1998), donde interpretó a un director de cine que al final del metraje lo perdía todo. Finalizó el año con la grabación de la serie A las once en casa, en compañía de Carmen Maura, Ana Obregón, Liberto Rabal, Beatriz Rico, Mary Carmen Ramírez, Unax Ugalde, Jorge Sanz y Alejo Sauras.
En 2001 Enrique Urbizu le llamó para encabezar el reparto de La caja 507, en la que Resines se transformó en un hombre cuya hija era asesinada. Por esa época tuvo lugar la filmación de Marujas asesinas -donde era un hombre machista inaguantable- y Dos tipos duros, junto a Jordi Vilches.
En 2002 empezó a emitirse Los Serrano, en la que Antonio Resines se llevaba las manos literalmente a la cabeza al no entender en este orden de factores a su mujer más culta que él, a sus hijos adolescentes, y en último término a un mundo que se le venía demasiado ancho.
En 2005 regresó al drama con Otros días vendrán, en la que Antonio Resines interpretó a un viudo cuyo hijo (Nacho Aldeguer) se había suicididado; a un ser sucumbido por el naufragio que opta por salir a flote aún a costa de fingir desconocer una terrible realidad, compartiendo reparto con Cecilia Roth y Fernando Guillén.
Poco después el actor se fracturó la pierna como consecuencia de un accidente de moto, que le impidió participar en Alatriste. No obstante a finales de año tuvo la oprtunidad de trabajar en otra cinta de época: La dama boba.
En 2009 se produjo su regreso al cine con Celda 211, de Daniel Monzón, en la que Antonio Resines dio vida a Utrilla, un policía de la prisión donde se desencadene un motín en el sector de los FIES, y que le valió su tercera nominación a los premios Goya.
Nacio el 31 de agosto de 1954 en Torrelavega, Cantabria (España).
Es el segundo de cinco hermanos. Se trasladó a Madrid donde comenzó la carrera de Derecho, dejándola más tarde por la de Ciencias de la Información en la Universidad Complutense, donde tuvo como compañeros de clase a Carlos Boyero y a Fernando Trueba. Juntos decidiron rodar una película que supuso el debut del segundo: Ópera prima.
Aprovechando su aspecto de hombre corriente, decidió ganarse la vida trabajando para el cine y la televisión, interpretando generalmente al marido o al ex de -casi siempre- Verónica Forqué y Carmen Maura, con fidelidad a algunos directores como Manuel Iborra o el ya mencionado Trueba.
Películas como El baile del pato (1989), Cómo ser mujer y no morir en el intento (Ana Belén, 1991) o Todos los hombres sois iguales (1994) son sintomáticas al respecto.
También interviene en thrillers como Todo por la pasta (Enrique Urbizu, 1991).
En 1991 ganó su primer Fotogramas de Plata gracias a Eva y Adán, agencia matrimonial.
Poco después presentó el programa Objetivo indiscreto al lado de Anabel Alonso, con la que volvió a coincidir en Los ladrones van a la oficina, en la que encarnó a un tabernero sordomudo en cuya cantina se reunían los ladrones más veteranos de Madrid.
En 1997 rodó tres películas con las cuales su carrera experimentó un giro. En La buena estrella (Ricardo Franco) el actor se puso en la piel de un cuarentón castrado que acogía a una mujer tuerta (Maribel Verdú) y embarazada, con la que llegaba a casarse y que años más tarde daba cobijo también a su ex-novio enfermo (Jordi Mollà). En Carreteras secundarias (Emilio Martínez Lázaro), basada en la novela de Ignacio Martínez de Pisón, era un viudo cuyo hijo (Fernando Ramallo) no lograba aceptarlo. En El tiempo de la felicidad se convirtió en un cincuentón cuyo matrimonio se deshace en un verano en el que sus hijos (María Adánez, Silvia Abascal, Pepón Nieto y Carlos Fuentes) alcanzaron su llegada a la madurez.
Al año siguiente Antonio Resines ganó el Premio Goya a la mejor interpretación masculina protagonista.
Participó en La niña de tus ojos (1998), donde interpretó a un director de cine que al final del metraje lo perdía todo. Finalizó el año con la grabación de la serie A las once en casa, en compañía de Carmen Maura, Ana Obregón, Liberto Rabal, Beatriz Rico, Mary Carmen Ramírez, Unax Ugalde, Jorge Sanz y Alejo Sauras.
En 2001 Enrique Urbizu le llamó para encabezar el reparto de La caja 507, en la que Resines se transformó en un hombre cuya hija era asesinada. Por esa época tuvo lugar la filmación de Marujas asesinas -donde era un hombre machista inaguantable- y Dos tipos duros, junto a Jordi Vilches.
En 2002 empezó a emitirse Los Serrano, en la que Antonio Resines se llevaba las manos literalmente a la cabeza al no entender en este orden de factores a su mujer más culta que él, a sus hijos adolescentes, y en último término a un mundo que se le venía demasiado ancho.
En 2005 regresó al drama con Otros días vendrán, en la que Antonio Resines interpretó a un viudo cuyo hijo (Nacho Aldeguer) se había suicididado; a un ser sucumbido por el naufragio que opta por salir a flote aún a costa de fingir desconocer una terrible realidad, compartiendo reparto con Cecilia Roth y Fernando Guillén.
Poco después el actor se fracturó la pierna como consecuencia de un accidente de moto, que le impidió participar en Alatriste. No obstante a finales de año tuvo la oprtunidad de trabajar en otra cinta de época: La dama boba.
En 2009 se produjo su regreso al cine con Celda 211, de Daniel Monzón, en la que Antonio Resines dio vida a Utrilla, un policía de la prisión donde se desencadene un motín en el sector de los FIES, y que le valió su tercera nominación a los premios Goya.
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